RESPUESTA DE LA POBLACIÓN DE CAFARNAÚM.
ENTUSIASMO REFORMISTA Y CURACIONES.
32 Caída la tarde, cuando se puso el sol, le fueron llevando a todos los que se encontraban mal y a los endemoniados.
33 La ciudad entera estaba congregada a la puerta.
34 Curó a muchos que se encontraban mal con diversas enfermedades y expulsó muchos demonios, y a los demonios no les permitía decir que sabían quién era”
32a Caída la tarde, cuando se puso el sol,
Con una doble precisión (“caída la tarde” y “cuando se puso el sol”) se indica el momento en que la gente acude a ver a Jesús, llevándole enfermos y endemoniados.
En Marcos, la expresión “caída la tarde” que marca la escasez de luz, tiene siempre un matiz desfavorable. Indica figuradamente que, en la escena referida, va a reflejarse una incomprensión de la persona y misión de Jesús.
La segunda precisión “cuando se puso el sol”, da un indicio de la incomprensión de que se trata. Según el calendario judío, con la puesta del sol terminaba el sábado y daba comienzo el nuevo día. Cesaba así la obligación del descanso festivo que prohibía entre otras cosas, caminar más de lo establecido, que era alrededor de 800 metros, y curar enfermos. Prohibiciones que los maestros de la Ley interpretaban con gran rigor. Así, la puesta del sol marcaba la frontera entre el tiempo sagrado y el profano[1].
Estas indicaciones temporales son entonces complementarias. La primera señala la incomprensión. La segunda insinúa su fundamento, la fidelidad a las enseñanzas tradicionales.
32b le fueron llevando a todos los que se encontraban mal y a los endemoniados.
Como consecuencia de lo ocurrido en la sinagoga, se espera que Jesús dé solución a los problemas de tantos afligidos. Sin embargo, la precisión de la hora y la forma verbal utilizada por Marcos, (“le fueron llevando/empezaron a llevarle”) indica que los que llevan los enfermos a Jesús han estado aguardando a que termine el sábado; han esperado la puesta del sol para no violar lo prescrito por la Ley.
La gente de Cafarnaúm ha perdido la confianza en sus maestros (1,22) pero sigue creyendo en su doctrina. Para ellos los principios de la institución conservan su validez; la enseñanza oficial sigue dominando.
De este modo, el sábado, tiempo sagrado y día de bendición (Gn 2,3), aparece de hecho como día de maldición que impide obtener la salud y la liberación, porque la enseñanza de los letrados lo ha convertido en impedimento para la vida. Por el contrario, para Jesús y los suyos no hay diferencia entre tiempo sagrado y profano.
En casa de Simón, en un día sábado, Jesús remedió la situación de la suegra de Simón (1,31). Para él, la necesidad de la persona está por encima de la Ley. Ahora, en la ciudad, el sábado está por encima del hombre y de su necesidad.
Aparecen de nuevo los colaboradores anónimos (“le fueron llevando”) que cumplen una tarea importante en la comunidad, facilitando la labor de Jesús, interpretan y están en sintonía con su voluntad liberadora. Como anteriormente en la casa de Simón y Andrés, ellos manifiestan su interés por el pueblo judío y su desgraciada situación. Esto confirma su pertenencia a este pueblo. Volverán a aparecer todavía dos veces más[2].
El interés de estos colaboradores no hace excepciones. Toda aquella persona que está en malas condiciones es llevada frente a Jesús. Comprenden la universalidad de su programa liberador. Han respetado la obligación legal del sábado, mientras no lo habían hecho en casa de Simón y Andrés, muestran cierta sensibilidad al no forzar la manera de pensar de aquellos a los que ayudan.
Llevan a Jesús dos clases de personas:
- “los que se encuentran mal”. Esta expresión, utilizada en lugar de “los enfermos” alude a Ez. 34,4, en donde se encuentran palabras pronunciadas contra los pastores de Israel. Ahí se les reclama la indiferencia de los dirigentes ante el sufrimiento y la opresión del pueblo[3].
- “los endemoniados”. Esta expresión denota a los agitados por espíritus inmundos, y como ha aparecido en el episodio de la sinagoga, se trata de fanáticos alienados por la ideología nacionalista y violenta, inaceptable para Dios. Sin embargo, el hecho de que puedan ser llevados a Jesús muestra que son conocidos como endemoniados. Es decir, un endemoniado es aquella persona poseída por un espíritu inmundo que manifiesta habitualmente su actitud violenta y es conocido por ella.
Estas dos categorías sintetizan los modos principales de opresión: la social y la ideológica. Como preparación al reinado de Dios, el programa de Jesús incluye procesos de liberación de estas dos realidades.
33 La ciudad entera estaba congregada a la puerta.
Avanzando en el relato, Marcos coloca en el centro, entre la actividad de los intermediarios y la de Jesús, una frase que describe la actitud de la población respecto a Jesús: “la ciudad entera estaba congregada a la puerta”.
Esta expresión denota la masa del pueblo. Esta no se interesa por los que sufren ni por los endemoniados; no colabora en la obra de Jesús. En cambio, su interés por él es extraordinario. No sólo acude, sino que se mantiene agolpada a la puerta, es decir, lo más cerca posible de Jesús, mostrando con ello su adhesión y su expectación. La popularidad de Jesús en Cafarnaúm ha llegado a su máxima expresión.
Con la mención de “la puerta”, que alude a la casa de Simón y Andrés, donde Jesús se encontraba en el episodio anterior, indica Marcos el motivo del entusiasmo popular. El público de la sinagoga había quedado desconcertado por no comprender el propósito y el programa de Jesús. Este, por una parte, había mostrado su autoridad, pero por otra, había rechazado la propuesta mesiánica del poseído.
Ahora que lo ven alojado en la casa que representa a los círculos reformistas violentos, creen comprender la actitud y el programa de Jesús. Según ellos se trata de un líder que, usando la fuerza, pretende reformar las instituciones. A este programa dan su completa adhesión.
La expectativa de la gente de la ciudad está definida además por el verbo que usa Marcos para describir su afluencia: “estaba congregada”.
En griego, este verbo está relacionado con la palabra sinagoga/congregación, y con este término, el evangelista indica la mentalidad y el propósito de la multitud, lo que reconociendo la autoridad de Jesús, la niegan a la sinagoga oficial, y quieren constituir una sinagoga reformada en torno a Jesús. Pero Jesús no sale, no toma contacto con sus fervientes partidarios. Esto indica que los motivos del entusiasmo son inaceptables para él.
El propósito de la gente de Cafarnaúm sintetiza los datos recabados hasta ahora. Por un lado, en la sinagoga la gente se había puesto de parte de Jesús, reconociendo su autoridad, mientras perdían la fe en los letrados (1,22). Por otro, han respetado el precepto del sábado (1,32), es decir, siguen sujetos a la Ley. No han cambiado de valores, sólo de líder.
Para ellos, Jesús viene a denunciar los abusos de la institución y a enfrentarse con ella, pero sin poner en cuestión la validez de sus principios. Esperan que se erija en líder reformista; no han comprendido que el reinado de Dios representa una alternativa radicalmente distinta.
Aparece el fracaso de Jesús en Cafarnaúm: la gente no pone en cuestión los viejos valores; al contrario, al atribuir a Jesús la ideología y actitud de Simón y su círculo, los habitantes de Cafarnaúm creen que el programa de Jesús mantiene vigentes las expectativas de los círculos reformistas violentos.
34 Curó a muchos que se encontraban mal con diversas enfermedades y expulsó muchos demonios, y a los demonios no les permitía decir que sabían quién era”
La perícopa termina resumiendo la acción de Jesús: “Curó a muchos que se encontraban mal con diversas enfermedades y expulsó muchos demonios; y a los demonios no les permitía decir que sabían quién era”
Por primera vez aparece Jesús curando a una multitud de enfermos. La diferencia entre los “todos” que le llevan y los “muchos” que cura, no significa que Jesús haga una selección. Solamente subraya el gran número de los curados y liberados. Marcos, describe así la situación de la ciudad. En ella abundan la opresión social y el fanatismo religioso-político.
Jesús cura y libera sin poner condiciones. “Curar” equivale a procurar un remedio en el ámbito de la vida física. No incluye una solución radical, como sería la alternativa del Reino, la salvación definitiva, sino un alivio de la situación sin salir del sistema; una restitución de la libertad.
Aunque no sea posible el Reino, debido a la falta de ruptura con los valores injustos de la institución, Jesús no se desentiende del dolor de las personas. Marcos, no describe cómo cura Jesús, sino que centra su interés en el acto y en su resultado.
“Encontrarse mal” incluye todo lo que aminora la vida o va contra ella va contra ella y que, por lo tanto, conduce a la muerte. Jesús elimina toda clase de impedimentos, tanto de origen social como físico que van contra la plenitud y el bienestar del ser humano. Sean estos de origen social como físico.
De ahí la precisión de Marcos “de diversas enfermedades”. Así muestra que las enfermedades y alienaciones no proceden de Dios ni son voluntad suya, sino contrarias a su designio. El Reinado de Dios es una fuerza que tiende a restituir a todo ser humano su integridad y a eliminar su infelicidad.
Los endemoniados buscan tentar a Jesús como lo había hecho el poseído de la sinagoga. La frase “no les permitía” indica que todo el tiempo que duran las expulsiones hay una tentativa constante por parte de los endemoniados, que representan la parte más fanática de los adictos a los principios de la institución judía.
Su número muestra que está muy viva la expectativa popular de que Jesús se haga líder de masas. Como en el caso del poseído (1,25) Jesús les prohíbe hablar y los expulsa. Sigue rechazando el mesianismo nacionalista.
La alusión al episodio de la sinagoga es clara. Los demonios intentan decir lo mismo que había dicho el espíritu inmundo: “Sé quién eres tú” (1,24) Intentan, por tanto, identificar a Jesús con el “Consagrado por Dios”, el mesías de la expectativa popular y de la doctrina oficial. Jesús no permite que su identidad de Mesías sea mal interpretada ni acepta el papel que intentan atribuirle porque de hacerlo, arrastraría a la población de Cafarnaúm en pos de un proyecto contrario al Reino. La actividad de Jesús en Cafarnaúm ha terminado en un fracaso. La masa del pueblo está con él, pero no entiende el Reino de Dios como una alternativa.
[1] Acaba el día santo, consagrado a Dios. Ahora, el hombre vuelve al mundo material, a lo profano, como se expresaba en la ceremonia de despedida del sábado y lo indicaban los tres toques de trompeta en el pórtico del templo el día sábado.
[2] En 7,32 y en 8,22b
[3] Ez 34 se refiere a la opresión que sufre el pueblo (las ovejas) por parte de los dirigentes (los pastores). La introducción al pasaje denuncia enérgicamente el uso del poder en provecho propio. Se describe el despojo y el hambre del pueblo y a continuación la indiferencia de los dirigentes ante el sufrimiento, así como el uso de la violencia. La relación de la frase del evangelio con el texto mencionado es metafórica e indica el mal estado y el sufrimiento de los oprimidos. Entre las imágenes usadas por Ezequiel, la de la enfermedad era la más adaptada al pasaje de Marcos También hay que notar la insistencia en Ez. 34,6ss., en la expresión “mis ovejas” en boca de Dios, especialmente en el v10: “Me voy a enfrentar con los pastores; les reclamaré mis ovejas, los quitaré de pastores de mis ovejas, para que los pastores dejen de apacentarse a sí mismos; libraré a las ovejas de sus fauces para que no sean su manjar”.